Dícese del Astro Rey.
¿Alguna vez has visto cómo el sol, rendido, cae exhausto y la bóveda celeste se tiñe de diversos tonos de azules combinados con la obscuridad del espacio?
Después de una ardua lucha que dura horas sin detenerse, para que, al fin, se rinda y, a manera de recompensa, las estrellas comienzan a titilar con su blanca y pequeña, pero no menos hermosa luz.
La luna, por otro lado, comienza a buscar a paso lento, a su loable amante, el sol, tardando más tiempo en hallarle, pero en el momento en que se encuentran, danzan, danzan de una manera tan majestuosamente hermosa que a todos nos han de dejar sin palabra alguna en nuestras lenguas, danzan por escasos (pero parecen eternos) minutos en el azul cielo, para que todos presencien, pero discretamente las miradas deben ser escondidas tras ciclópeas máscaras de ojos oscuros.Será mejor no verles bailar, por más bello que puedan llegar a ser sus precisos pasos.
De vez en cuando, en ciertas y predecibles ocasiones, un visitante muy galante llega a nuestra inmensa bóveda celeste, presumiendo su incandescente rastro de fuego y luz que le sigue de muy cerca, siempre su paso es permitido por el Astro Rey, y también ¿por qué no? por su amante, la del rostro de plata y luz.
G. Caleb R. H.
es muy hermoso *.*
ResponderEliminarGracias Elisa, por cierto, si tienes blog sería muy bueno que me proporcionaras el vínculo para poder agregarlo a la "red neural".
ResponderEliminarSaludos