3.18.2011

Crónicas (sin sentido) de un caminante.

Crónicas (sin sentido) de un caminante.

No es como me lo habían dicho.

Paséandome por las pequeñas y acogedoras calles del centro de la ciudad, me contuve a admirar cómo la música me guiaba a través de ellas, era fascinante cómo parecía que la ciudad escogía las canciones de tal manera que pudiera disfrutar de mi larga caminata.

Vi de todo, jóvenes, adultos, niños, ancianos y de todo tipo de vestimentas. Lo interesante es cuando encuentras lugares para los que dices "después vendré a comer aquí", que en ésta visita encontré unos dos o tres lugares de los cuales me interesó mucho el entrar, pero éste no era el momento, quizá lo haga en otra ocasión y ésta vez iré acompañado. ¿sabes?, es divertido caminar por esas calles medianamente transitadas por peatones despreocupados, pero siempre es más divertido poder comentar los lugares, los edificios, árboles, nubes, callejuelas, paredes, puertas, semáforos, ladrillos, ventanales, anuncios, vehículos, personas y demás. Siempre es mejor acompañado.

En mi pequeño recorrido encontré que extraño algunas cosas, no tan importantes realmente, pero me gustaría volver a experimentar.

Entré al mismo lugar en dos ocasiones y siempre con el mismo propósito, obtener lo que había venido a buscar, es curioso cómo cada grupo de personas tiene adjetivos calificativos, motes, apodos para los que considera raros o distintos de los suyos, lo más curioso es que esos grupos de "raros" tienen motes para los que les han dado apodos a su vez. Nadie se salva.

Una vez adentro me entretuve mucho viendo, leyendo, viendo y por fin preguntando. Hubo quienes me miraron de manera extraña, considerandome extravagante, chicos y chicas volteaban a verme y no reconociendome como alguna amistad, optaron por dejar de ponerme atención, cosa que yo también hice.

La primera vez que me paré ahí, pregunté en un par de locales, para lo cual solamente uno de ellos me dio santo y seña de quién me habría de ayudar en mi búsqueda, los demás no tenían ni idea y mucho menos lo que venía a buscar.

Me dirigí pues, hacia otro lado que por un momento recordé que podría serme de ayuda, puesto que el local del cual me dijeron tenían mi preciado tesoro no habría acceso a él hasta después de aproximadamente una o dos horas más. Caminé y conocí un poco más de la ciudad, una calle en particular, olvidé el nombre, nunca soy bueno con los nombres, pero si me preguntas cómo llegar te diré qué hay exactamente, soy por un momento como un GPS que no dice el nombre de las calles.

Llegué a mi destino y cuál sería mi sorpresa al darme cuenta de que ése lugar ya no existía, una lástima, estaba bonito aunque los precios de los alimentos realmente no considero que valían la pena. Hacía mucho tiempo que no paseaba por ahí; me dirigí pues hacia otro local dentro de otra plaza comercial situada a unos cuantos pasos de una plaza pública en remodelación con la estatua de cierto "héroe nacional" (ya le ponen una estatua a quien sea). Otra sorpresa más en éste día, las puertas de la plaza estaban cerradas, aún se veían locales con sus productos esperando a ser vendidos. Fue cuando recordé otra plaza (si, cierta sección del centro de la ciudad la conozco bien por mis constantes paseos en busca de algún disco compacto musical o alguna otra cosa) que estaba cercana a ésta última. Caminé y de pronto me llamó un poco la atención cierta librería con una mesa en la parte de afuera en la que vendían algunos libros puramente comerciales, de esos que ciertas personas se dejan engañar.

Entré a la plaza comercial, ésta era de tres pisos y los recorrí todos en busca de algún local en el cual me pudieran dar informes o el objeto por el cual estaba haciendo mi pequeño y divertido viaje. En ésta ocasión no encontré nada que pudiera ser de utilidad. Cuando estuve a punto de rendirme, me senté frente a una de las entradas de la plaza comercial y casi me vino de golpe, había olvidado un lugar en el cual podía estar seguro encontraría algo. Fui hacia allá.

¿Sabes una cosa?, quiero uno de esos posters que vi en el segundo piso de una plaza, me encantó, y ya hasta sé dónde lo quiero colgar. Aunque también quiero una de esas computadoras que vi en el primer piso de la plaza, extraño tener una máquina qué cuidar. Tenía ganas de uno de esos aparatos de doble pantalla con los cuales poder jugar y también navegar, bendito sea el WiFi.

No encontré nada, volví a atraer miradas, y de la misma manera se apartaron de mi; vi un par de tragamonedas con cierto videojuego que hace mucho quiero volver a jugar. Miré el reloj de mi teléfono móvil y noté que ya casi pasaba el tiempo aproximado en el que me iban a poder atender en el primer sitio al que fui. Resolví caminar hasta allá de nuevo.

Llegué y había un par de locales más abiertos de los que había la primera vez que fui, y tampoco me podían ayudar en mi búsqueda, entonces opté por sentarme frente a una de esas mesas y esperar un rato hasta que abrieran. Miré y miré, está vez se me antojó una mochila de esas que vi, aunque fue difícil la decisión puesto que las ilustraciones de dos de ellas eran mucho de mi agrado, pero por fin escogí una, aunque me hubiera gustado poder adquirirla, sólo tenía el dinero para el objeto de mi caminata.

Pasaron unos diez o quince minutos más y por fin abrieron el local del que me habían hablado anteriormente. Me acerqué con el señor que atendía y adquirí lo mio. Después de guardarlo cuidadosamente en mi mochila me quedé unos minutos mirando la demás mercancía, maldita sea, quería algunos de los objetos que ahí vendían pero ésta vez no había cómo.

Fue así cómo entonces decidí volver a casa, sin contratiempos y con mucha música en mi mente. Dejando la siguiente aventura para dentro de un par de días más.

3 comentarios:

  1. Sabes Caleb,

    Me agrada mucho leer este tipo de narración pues siento como que veo a través de los ojos de otra persona... muy bien!

    Por cierto, gracias por tus comentarios en mi blog, por aquí andaré leyendo y escribiendo...

    KYBR.

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  2. estas son las cosas ordinarias... pero hablando de esa mesa de libros, ahí encontré uno que me hizo descubrir mi pasión secreta. era un libro sobre hongos, fotos, descripciones, si son buenos para comer o si son tóxicos o mortales. era tan bonito! si en tus andares encuentras un libro de hongos, dime! =)

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  3. holi caleb!
    ya no tienes facebook? bueno contesté algo en el blog de isaac :)
    bye! y seguimos en contacto, saludos a tu novia guapa ^^

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