4.16.2011

Ensayo sobre el capítulo 19 “De la disolución del gobierno” del libro “Segundo ensayo sobre el gobierno civil” de John Locke.

Ensayo sobre el capítulo 19 “De la disolución del gobierno” del libro “Segundo ensayo sobre el gobierno civil” de John Locke.

El primer párrafo (211) habla Locke sobre la importancia de saber distinguir entre el gobierno y la sociedad, en donde una manera, diremos “viable” (desde el exterior) para disolver un gobierno es precisamente cortando “de raíz” para que así desaparezca, el gobierno, si bien es cierto que no puede permanecer sin la sociedad a la cual rige, por el contrario una sociedad (es posible en un mundo ideal dónde la naturaleza humana sea “buena” por sí misma) puede ser que sobreviva sin el gobierno que ya tenían antes, pero, no hemos decir lo mismo de la cultura, si una sociedad pasa, digamos, de la monarquía a la república, cambiará un poco (y con mucho tiempo) su manera de comportarse, ya no tendrán que acatar ciegamente las órdenes del monarca en turno ni tendrán que hacer adoración a su figura en caso de que así se de.

También hay causas internas con las cuales se puede disolver un gobierno, como cuando el poder legislativo se descompone, si bien la comunidad es la que da vida al estado, el legislativo es quién dirige, unifica con coherencia a la masa, le da una dirección y mantiene la voluntad de la unificación.

Locke afirma que en ciertas ocasiones habrá o hay personas que utilizan de manera errónea el poder que se les ha otorgado, y para poder determinar la raíz del problema se ha de ver a tres personas, un príncipe, un grupo de burgueses y una persona elegida por el gobierno. En éste caso hemos de notar que se le da mayor poder tanto al grupo de burgueses (o asamblea de la nobleza como le quiera llamar) y al príncipe, residiendo la mayor parte del poder a los ricos e impulsando de cierta manera la desigualdad, aunque, para esto, las tres partes se deben de regir por las leyes de su gobierno, pero si éste es el caso, hemos aprendido de la historia que las personas económicamente beneficiadas que asumen cargos de poder siempre velan por el beneficio tanto de su empresa como la de sus allegados, incluso de los que en algún momento pueden servirle de gran ayuda, haciendo favores a terceros para que éstos le paguen con creces su “bondad” generando una mafia dentro del gobierno que el pueblo siempre se da cuenta que sucede, pero raras veces hace algo en contra de ella, ya sea por miedo o por seguridad. El ser humano siempre prefiere la seguridad de su persona a la libertad si le dan a escoger.

Desde los párrafos 214~218 habla Locke cuando una de las dos partes, el príncipe o el poder legislativo actuan de forma contraria a lo que se encuentra establecido por las leyes. Un buen poder legislativo y príncipe deben de manifestarse siempre a favor de su pueblo, defender sus intereses por sobre los extranjeros, tratando de crear y mantener esa unión patriótica que tanto se necesita. Si, por ejemplo, todas las personas tuvieran el mismo sentido de fidelidad y unión con su país como lo tienen cierta clase de pandilleros con su pandilla (ojo, que no todas se comportan de ésta manera), el país en cuestión sería distinto, puesto que todos mirarían por el beneficio del grupo y nunca por el individual, o acaso el beneficio individual a largo plazo (o quizá corto) aporte recompenzas al grupo; si los empresarios que manejan los recursos naturales y las compañías de telecomunicaciones fueran, en primer lugar, residentes y tuvieran éste sentimiento de fidelidad por la nación, las cosas serían muy distintas de como se pueden ver.

En el momento en que una sociedad ya no tiene gobierno que la regule, ésta se vuelve hacia su libertad natural, y tienen derecho a impedir la tiranía destruyéndola cuando les aqueja o previniendo que nazca. Así también el hombre, como menciona Locke en el párrafo 222, se asocia con otros hombres para proteger sus propiedades, y si, ya sea el poder legislativo o el príncipe se atreven a tratar de robar al pueblo sus propiedades, es declararse la guerra a sí mismo contra sus gobernados. Bien lo dijo Freud a inicios del siglo XX, que el hombre primitivo vió que era conveniente asociarse con otros hombres (primero familiares) para poder así lograr ventajas para si, se protegen entre todos y a su vez protegen sus pertenencias, las mujeres (que les servían como instrumento sexual además de compañía personal) y éstas a su vez a sus crías.

Locke nos habla, como el propio título del capítulo explica, que el gobierno puede ser disolvido, ya sea por causas externas o internas, dando como internas el mal uso del poder, la tiranía, en los cuales, el pueblo, se levantará en armas y destruirá el régimen o a los responsables y, ya sea que constituyan un nuevo gobierno, o previniendo la tiranía se queden sin un gobierno oficial. Podría decirse que se llegaría a un anarquismo en el cual se toma al hombre como un ser que en sociedad se puede autoregular sin necesidad del gobierno, lo cual nos mete en el problema de, si el anarquismo surge destruyendo al gobierno que en algún momento fue perverso y por ésta razón ha sido derrocado, ¿cómmo puede el anarquismo sostenerse si se ha demostrado que hay personas malas que, al gobernar, se aprovechan de otras? Aparecerán más personas con afán de gobernar sobre los demás y a su vez poder aprovecharse de ellos. El anarquismo es otra utopía en mi opinión, una que es muy positiva con respecto del ser humano, que admite su dualidad pero de una manera no tan consciente.

Si bien concuerdo con Locke en que es común de un pueblo no separarse mucho de los antiguos gobiernos, por ejemplo, la transición de la colonia a la república, la podemos ver reflejada, por ejemplo, en el gobierno de Porfirio Díaz, no dista mucho de una monarquía, en realidad creo que solamente le falta la corona, y después con las décadas de gobierno priísta y espero equivocarme pero tengo el mal presentimiento que sucederá algo similar con los candidatos del partido acción nacional. En México se puede, si el pueblo no está satisfecho, cambiar a los supuestos representantes del mismo que se encuentran en el poder, por algún otro que se considere, digamos, digno de ello, pero la ignorancia es felicidad y a los políticos les encanta proporcionárla al pueblo ¿¡qué mejor que un pueblo feliz de sus leyes y constitución!?

Añade, que los verdaderos rebeldes o traidores a la patria son aquellos que tratando de excusarse con las leyes han denigrado al pueblo, lo han sometido y les ha robado, y que el pueblo está en su entero derecho a levantarse, destituir ése mal gobierno e instaurar otro si éste así lo desea, puesto que actúa de acuerdo a la ley y se justifica con ella para hacerlo.

Con la traducción que nos da respecto del texto de Barclay menciona un par de puntos que citaré: dice, en primer lugar, que debe hacerse con reverencia; y en segundo lugar, que debe ser una resistencia sin venganza o castigo; y la razón que da es que un inferior no puede castigar a un superior. Estoy de acuerdo con que no es posible hacer resistencia a la fuerza sin devolver el golpe, el que está ofreciendo resistencia solamente terminará por cansarse y además de ello con graves daños a su “persona” y respecto del otro punto, que no se debe de revelar con venganza ¿enserio Barclay dijo eso? ¿creyó que en el momento en que el pueblo pusiera resistencia a sus golpes y éste se “rebelara sin venganza” (me parece que la primera no va sin la segunda) el tirano dirá algo como “oh mi pueblo está descontento, yo mismo claudicaré y les dejaré en paz para que escojan un nuevo gobernante”? ¿En qué fantástico mundo de fantasía, alegría, dulces colores, arcoíris y bondad vive el señor Barclay? Que me diga porque yo también quiero vivir ahí si me hacen favor.

Al parecer se habla de una monarquía absolutista, en la que Dios ha puesto por mandato suyo al rey que les está gobernando, siendo así el pueblo no se preguntará ¿por qué, si Dios puso en el trono a un tirano de esa calaña, se dice que él nos ama? ¿Acaso Dios que nos ama tanto desea que, como la religión cristiana dicta, que suframos sobremanera en el mundo actual para que cuando él venga nos de recompenzas del mismo nivel en que sufrimos en éste mundo? ¿tanto así nos ama Dios que nos da los medios para sufrir y de ésta manera darnos todas las recompenzas en el preciso momento en que lleguemos a su espiritual reino?

No sé exactamente si Locke lo insinúa o si mi falta de pasión por la política me hace notar que, todas las maneras en que un gobierno puede ser destruído son a causa de, ya sea otros gobernantes extranjeros o los mismos gobernantes de la nación en cuestión, son los gobernantes los culpables y el pueblo, en los casos de rebelión, fácilmente puede admitir que ha sido esa tiranía la que a hecho presión necesaria para poder actuar de la manera en que está actuando. Si bien podrían decir muchas personas “pobrecitos gobernantes, esa es la carga que tienen que llevar” yo diré que los mismos gobernantes y representantes deben estar conscientes de la carga que llevan a cuestas, sólo los idiotas son capaces de sentarse en la silla con el cargo en manos y decir que no hay nada que hacer y que sus acciones no tienen consecuencias, incluso, sin necesidad de tener un cargo público es de idiotas decir que sus acciones, cualesquiera que sean, no tienen consecuencias.

De cierta manera el pueblo, según nos dice Locke y con lo cual estoy de acuerdo, es a la vez, el juez y el sometido, es juez de sus gobernantes o representantes y está sometido a ellos, en cierta manera todo tipo de gobierno es una democracia y al mismo tiempo ninguna lo es en realidad.



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