6.21.2016

Escritura improvisada #12


 Sam le dijo que moviera la caja de su lugar, a lo que Carlos protestó, haciendo eso mismo, moviendo la caja de su lugar, desatando una masiva invasión arácnida que vivía debajo de esa caja, por lo que Sam miró como apuñalándo a Carlos para que éste hiciera una pequeña risita y saliera corriendo,

 Corriendo como si la nada lo persiguiese
 Corrió como si buscara significado a su vida
 Corrió como si el universo tuviera un propósito
 Corrió y corrió, y nunca se le llegó a ver, parecido a lo que le pasó a Sandra.

Ahora, a todo esto, fue evidente que Carlos no le creyó a Sam cuando le advirtió sobre las arañas, porque si hubiese sido en broma no hubiese levantado la caja que albergaba su más grande fobia, aquella adquirida en esa bonita tarde de verano en la cabaña de la montaña, aquel viaje marcó su vida, aun no estamos seguro cómo fue que sucedió, sólo que sucedió, encontramos a Carlos llorando como si tuviese cinco años y hubiese perdido el camino a casa cuando soltó la mano de su madre en el desfile del día de la independencia. 
Lloraba inconsolablemente mientras se sacudía el cuerpo con las manos tratando de quitarse algo que no estaba ahí.

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