6.20.2016

Ensayo sobre el concepto de lo bello y la relación de lo bello y el arte en A. Schopenhauer y S. Kierkegaard.



Ensayo sobre el concepto de lo bello y la relación de lo bello y el arte en A. Schopenhauer y S. Kierkegaard.

(Al igual que la anterior entrada, éste ensayo corto se encuentra sin revisión.)

Schopenhauer comienza su texto con la distinción entre el goce de lo bello y el placer “general” (por decirlo de alguna manera; puesto que el goce de lo bello es siempre por un conocimiento puro y absoluto y que éste goce no tiene relacion directa con la voluntad, haciéndola, de ésta manera, enteramente desinteresada. Pero al aparecer por medio del conocimiento, lo bello, ha de ser necesariamente objetivo puesto que no guarda relación con un individuo sino con el sujeto en general.


De esta manera el conocimiento al encontrarse liberado en y para sí de la esclavitud de la voluntad, se libera de toda referencia a ella y , desinteresado, se aparta de la subjetividad y considera las cosas de manera puramente objetiva, entregándose por completo a ellas, de manera que las cosas aparecen ante la conciencia como simples representaciones y no como motios, esta clase de conocimiento, se presenta necesariamente desde el momento en que se considera algo estéticamente es entonces cuando se presenta la tranquilidad, aquel estado de ausencia de dolor, propio de los dioses, estado de condición subjetiva para el conociminto de la idea.

Admitiendo que la “actitud” estética solamente se puede conocer por medio del arte, nunca de manera abstracta ni por medio de doctrinas y palabras, es el conocimiento más profundo y verdadero de la auténtica esencia del mundo. Encontrados los componentes inseparables de la contemplación estética, el conocimiento del objeto como idea y la autoconciencia del que conoce como puro sujeto del conocimiento y de la unión de éstos dos componentes surge la contemplación de lo bello.

Cuando el sujeto contempla un objeto estético, el conocimiento se libra de servir la voluntad mediante un sentiminto interno, suficiente para que haga acto de presencia una contemplación puramente objetiv para que nos situemos fuera de la interminable corriente de apetencia y satisfacción.

Define belleza como la forma del objeto que alcanza a expresar significativamente su idea, aquello que nos traslada al mencionado estado del puro conocimiento. Sólo el sentimiento interno, la preponderancia de las circunstancias en las que nos encontremos.

El tipo de subjetividad que interviene en el placer estético es la alegría producida por lo bello, que surge de que la conciencia, entregada al conocimiento, escapa del querer, del que proceden todos sus sufrimientos.

Las ideas se manifiestan en innumerables individuos y fenómenos particulares, comportándose frente a ellos como lo hace un modelo frente a sus imitaciones, su pluralidad surge sólo gracias al principio de individualidad, esto relacionado a la causalidad, éstando la idea fuera de la esfera cognoscitiva del individuo y no es objeto de la experiencia. Si la idea ha de ser de algún modo objeto de conocimiento por parte del sujeto, esto sólo puedee suceder si se produce la supresión de la individualidad del sujeto cognoscente, de manera que la idea deje de presentarse vinculada a la experiencia.

Desde el punto de vista de Schopenhauer el arte y su relación con lo bello es claro, el arte es el único medio por el cual lo bello puede transmitirse, en las obras artísticas de cualquier índole, en todo caso como se mencionó antes al ser el único medio por el cual transmitirse o difundirse y no por medios abstractos, podrá recidir en el conocimiento y de ésta manera ser objetivo.

Por otro lado, Kierkegaard hablando primeramente de Don Juan, menciona cómo el mundo helénico carecía de una idea de seducción, de un seductor, esto porque principalmente, parece ser que los helenos eran “malos” (utiliza la palabra negligentes) en cuestiones amorosas, y sus dioses, al ser representaciones de la naturaleza humana, también lo eran todos ellos. Esto es porque para los helenos el amor era espiritual más que sensual, así como para Montaigne (el cual se volcaba en los antiguos e ignoraba a sus contemporáneos) lo era la amistad, un amor plenamente espiritual y que ningún otro tipo de amor podía igualar.


El amor espiritual, por definición (digámoslo de ésta manera) es fidelidad, y éste no permite que sea confuso, por si mismo es directo y claro, así mismo lo estético, que Kierkegaard le da la característica de que no confunde las cosas ni se maravilla de la cantidad numérica como lo haría el amor sensual, el amor de Don Juan. Así, notamos claramente que el autor de cierta manera vincula o combina (atreviéndome a pronunciar ésta última palabra) el amor espiritual con lo estético, que, a mi parecer, también podría llegar a ser un “sinónimo” de lo estético para Schopenhauer, siendo así un amor caballeresco, un amor el cual se manifiesta con tan solo observar un poco el objeto de tan grato y caótico sentimiento.


Considero que Kierkegaard, al mencionar que Don Juan no es un seductor, sino un mentiroso (por el hecho de que ha utilizado la palabra para engañar a las doncellas y de ésta manera se hablaba de la seducción) he de mencionar que ha sido influenciado por Platón, lo bueno es bello, y puesto que en la moral judeo-cristiana el mentir esta mal visto (incluso es un pecado condenado en los diez mandamientos), el amor sensual ha de “cometerse” por medio de la palabra mal utilizada, la mentira y de ésta manera llegar a un pecar. No así el amor espiritual que, siendo puro por sí mismo, también ha de ser bueno por ésta misma razón, es bueno por naturaleza. Todo esto reflexionando sobre el texto que nos ha presentado Kierkegaard y parafraseándolo un poco tratando de no tergiversar el sentido original de sus palabras.

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