12.10.2010

Ensayo sobre “De cómo algunos buscan la muerte por huir los placeres de la vida.” de Michel de Montaigne.


Ensayo sobre “De cómo algunos buscan la muerte por huir los placeres de la vida.” de Michel de Montaigne.

En éste breve ensayo, Montaigne comienza por trasladarnos a la antigua y esplendorosa grecia de los filósofos, que ellos mismos dicen que es preferible la muerte a las desdichas esperadas en vida si éstas ya estan anunciadas, creo que se debería de tomar en cuenta que estaríamos hablando, pienso yo, de la eutanasia como opción para las personas desahuciadas, otros lo llamarían “muerte piadosa”; en todo caso el término podría ser introducido desde aquel lejano tiempo, y que poner ahínco en conservar la existencia para sufrir tormentos y trabajos es ir contra los preceptos mismos de la naturaleza, de esta manera justificando la eutanasia y no solamente eso, sino que el suicidio “común” que comenten las personas que lo han perdido todo, ya sea empleo, bienes y familia en su conjunto, que por más cruel y triste que parezca, sucede con una cierta regularidad, como ejemplo utilizaremos la gran depresión y el jueves negro de 1929.

Después de éste parrafo en la que Montaigne habla de que la razón misma debe persuadirnos de adquirir riquezas, honores, favores y bienes que el llama “beneficios de la fortuna” (término del cual difiero por el concepto de “azar”, yo utilizaría un término como “coincidencia de beneficios”.) sin la necesidad de pedirle de favor a dios que él mismo nos quite la vida para no “sufrir” de éstos beneficios. Me parece que toma los bienes materiales en general como un vicio que, de cierta manera, destruye y corrompe al hombre con un deslumbramiento que solamente los inversionistas y demás gente relacionada con la bolsa de valores puede conocer. Añade con una cita de Séneca, que éstos placeres hacen actuar al hombre de manera tambaleante o por decirlo de otra manera, de una forma insegura en sus acciones, y recomienda que abandone esa vida rápida o peligrosa y la convierta en una más apacible, y, que si no pudiese hacer esto, que de una vez rompiese por completo el camino anudado, “no hay hombre tan cobarde que no prefiera caer de una vez a permanecer siempre tambaleándose” menciona Montaigne citando a Séneca.

En el siguiente y último párrafo del ensayo, Montaigne nos trae el ejemplo de san Hilario, obispo de Poitiers que al enterarse que a su hija la pretendian príncipes y nobles para desposarla rezó arduamente para pedirle a dios que se la llevara consigo para que ella no conociera tales riquezas y beneficios que tales títulos conllevan, y curiosamente poco tiempo después los rezos de Hilario fueron escuchados y su hija falleció . Michel está, al parecer, muy deacuerdo con lo que hizo el obispo y su mujer, la cual después de enterada de lo sucedido pidió en conjunto con su marido que dios mismo se la llevara también.

Considero que, aunque estoy deacuerdo con Montaigne en que los bienes materiales corrompen y destruyen la humanidad que existe en sus poseedores, tampoco es como para suicidarse por el simple hecho de tener bienes materiales. Todo está en la moderación de los actos, encontrar ese “punto medio” que tanto remarcaba Aristóteles. Tener una cierta cantidad de bienes materiales no esta mal si no haces un uso perjudicial de ellos hacia terceros.

También estoy a favor de la decisión de la eutanasia si la persona de verdad siente que es mejor el terminar con su vida en casos de cáncer terminal o alguna otra enfermedad con dolores intensos y sin esperanza de sobrevivencia. Pero tocando el tema del suicidio, no considero que sea pertinente que una persona por sufrir con alguna situación decida terminar con su vida o aún cuando se padece de panzofóbia (miedo a enfermar y sufrir), que, aunque toda fobia viene de algun trauma predecesor, también debe de tratarse ese tipo de males mentales (para mi no existe persona sana mentalmente). Parte de vivir es tener todo tipo de experiencias, ya sean placenteras o no, y no solamente eso sino sobrellevarlas y aprender de ellas. Una persona no podrá padecer todas y cada una de las experiencias posibles en la gama de situaciones que un ser humano puede sufrir, pero eso si, tenemos que, como seres racionales que somos, analizar las situaciones y aprender de ellas para de esta manera hacer lo mismo que los animales, no tropezarnos con la misma piedra. Lo cual me lleva a una experiencia ajena en la que, el sujeto A al encontrarse en el ordenador pone los pies sobre ella y al llegar el sujeto B al tratar de darle un susto éste recibe una pequeña descarga electrica producida por la estática, en un experimento de laboratorio, las ratas después de esa descarga ya no realizan la misma acción por miedo al resultado, pero en éste caso el sujeto B insiste en realizar la misma acción en las mismas condiciones, denotando que no ha aprendido la lección por mucho muy simple y básica.

Tener miedo a sufrir en un futuro y suicidarse por ello me parece, no necesariamente un acto de cobardía ante las posibilidades de la vida humana, sino que principalmente un acto irracional tomado con demasiada prontitud. Aunque ahora que lo pienso detalladamente, no me pasa por la mente alguna manera de suicidarse sin obtener alguna dósis de dolor por más mínima que fuera, y por tanto, la persona con panzofóbia también evitaría el suicidio como una posible solución viable a su mal, lo cual me remite a que es más factible el tratamiento psicológico que, como cualquier otra fobia, la panzofóbia necesita.




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