La idea de libertad
en Marx, Rousseau y el Marqués de Sade.
La idea de
libertad suele ser muy discutida no importando qué autor sea el que de ese
peligroso paso de mencionarla, hemos visto a través de la historia cómo hay
ciertos conceptos bastante discutidos entre los hombres y considero que es la
libertad uno de ellos. Al mejorar considerablemente los escasos conocimientos
que tenía previamente del pensamiento de Marx y, descubriendo que para Marx la
libertad es la liberación del hombre de
la presión de las necesidades económicas para que pueda ser plenamente humano[1]
es de cierto modo un tanto utópico así como realizable, lo cual no difiere, a
mi parecer, tanto de la concepción de libertad de Rousseau, en la cual el
hombre sólo podrá ser libre si se erradicara las ciencias y las artes, dándole
una libertad moral así también impidiendo que se den todas esas hipocresías que
el Marqués de Sade vivió en carne propia, también, por ejemplo, para el Marqués
su idea de libertad consiste en que el hombre debe de aceptar sus pasiones de
tal manera que pueda acercarse más a la naturaleza y de ésta forma no solamente
ser libre de las cadenas moralistas sino también llegar a la libertad, a esa
libertad en que se puede encontrar la felicidad.
Ahora bien, ¿en
qué se podrían parecer estas tres concepciones de libertad? Sería para mi la
pregunta tesis del ensayo aquí presente, en lo que a mí respecta, Marx está
tratando de liberar al hombre de la enajenación que el trabajo casi forzado lo
ha estado metiendo por, válgame la redundancia, la fuerza. Tanto él como
Rousseau y Sade buscan liberarse de las cadenas de una civilización hipócrita y
además opresora, donde solamente los adinerados disfrutan aprovechándose de los
demás, lo cual es para todos un hecho, en los escritos del Marqués vemos una y
otra vez (principalmente en Juliette o el
vicio ampliamente recompenzado) cómo las personas con dinero pueden escapar
a sus anchas de las redes de la ley, humillan y esclavizan a los pobres al
obligarles a hacer lo que ellos desean; así mismo para Rousseau, en su Discurso sobre las ciencias y las artes
habla de cómo éstas, las ciencias y las artes, han corrompido al hombre y, en
vez de ayudar a mejorar la moral de los ciudadanos, no ha hecho menos que
fomentar esa amoralidad, el cinismo de aprovecharse de otros, orillando a la
corrupción de los placeres e invitando a un excesivo descontrol sobre los
vicios. Puede ser que esta corrupción antes mencionada no tenga nada relación
alguna con Marx, pero, viéndolo desde cierto punto de vista, podemos afirmar
que los aristócratas que el Marqués señalaba como perversos es muy sencillo
poder suponer que sus descendientes seguían el mismo ejemplo de perversión sin
límites y es por ello que sin remordimiento alguno hicieran de sus fábricas
centros de esclavismo donde los obreros trabajaban en condiciones precarias[2] y
de ésta manera obtener muchas ganancias. Son los problemas del pasado que aún
nos arrastran mientras tratamos de alcanzar la puerta de la evolución humana.
Una cosa la veo ligada con la otra, los ricos están corrompidos por el dinero y
el poder, lo cual los hace ser menos (o nulamente) empáticos con las demás
personas y de esta manera fomentar una presión económica donde ciertos grupos
de personas no pueden obtener otro tipo de trabajos y se tienen que resignar a
un puñado donde se les paga lo mínimo que marca la ley y en condiciones
humillantes donde no pueden darse el lujo de abandonar el susodicho trabajo a
riesgo de no encontrar otro y morir de inanición.
Pero, ¿hasta qué
punto se podría llegar con éste tipo de concepciones de libertad? Por ejemplo,
si nos vamos más allá y exageramos la postura de Marx podríamos llegar a la
conclusión que él no desea que haya un movimiento económico de tal manera que
el ser humano no se vea presionado, pero, esto significaría que cada quien
cazase lo que va a comer y terminaría por causar problemas de territorio y de
nuevo terminaríamos haciendo pactos entre nosotros de tal forma que no
invadamos territorios o solamente algunos salgan a cazar, o que no todos coman
carne, etc. Tampoco considero que Marx nos deseara ver viviendo en cuevas como
en la antigüedad, sino que, por el contrario, que exista una economía que
beneficie a los obreros, o al menos, que no se les explote de la manera que se
les explota hoy día, digamos que, de algún modo quería construir una utopía y
que hoy conocemos como socialismo en donde todos fuésemos iguales realmente y
no tuviésemos cargos de elite con los cuales aprovecharnos. Por otro lado,
aunque Rousseau añora esos días de antaño en que el ser humano vivía, al menos
así dice en su discurso…, sin la
ciencia o las artes, pero también desea que sean estas dos motivo de reflexión,
puesto que no necesariamente todo cambio o avance en la evolución humana es un
paso seguro si lo damos, es una constante reflexión en la cual debemos tomar
partida para así poder crear no solamente un mundo mejor para nosotros, como
todos lo deseamos, sino para heredar un mundo lo mejor construido posible con
nuestro esfuerzo hasta ese momento. Ciertamente Rousseau logró ver el
despilfarro de la aristocracia de su tiempo (que no lo separa mucho tiempo de
la de Marx) y en donde incluso los derechos humanos eran violados en cualquier
momento siempre y cuando se unieran dos características necesarias, primero,
tener el dinero y/o la influencia suficiente para asegurarse de no pisar la
cárcel por cualquier delito que se fuese a cometer y segundo, pero no menos
importante, el tener deseos de cometer ese delito.
Por ejemplo, el
Marqués de Sade lo ejemplifica muy bien en sus obras, pero en especial en su
texto Justine o los infortunios de la
virtud, nos muestra cuántas penurias no pasó Justine al toparse con gente
malvada que intentaba disfrutar de sus pasiones a cualquier costo mientras que
ella tratando de guardar sus principios de virtud no la llevarían sino a la
muerte, y el propio Marqués lo dice, mientras tengas dinero puedes hacer lo que
desees, puedes ser virtuoso y tratar de no meterte con la gente equivocada,
pero siendo pobre, huérfana y una dulce criatura, es demasiado esperar que
topándote con la peor gente posible no accedas a sus deseos aludiendo a la
virtud de conservar su cuerpo “puro e intacto”, siendo que la religión católica
ya había sido colmada por aristócratas llenos de pasiones que, de ninguna
manera mostraban a cualquiera su lado real, mientras que Justine abogaba por la
virtud y no lograba entender que el hombre puede ser malvado, aún si no es por
naturaleza, puede ser maligno al intentar consumir sus pasiones.
La libertad,
entonces ¿qué es? Para cada uno de los autores mencionados es una cosa algo
distinta, pero los tres, digamos, se “ponen de acuerdo” en el hecho de que la
sociedad en la que el hombre se ha sumergido a sí mismo ha terminado por
alienarlo, enajenarlo, deshumanizarlo, en éste sentido considero que es
correcto, pero así como ellos, creo yo que no es la solución el destruir toda
la civilización y comenzar de cero, sino que, ir transformando nuestros
pensamientos de tal manera que seamos más críticos con el mundo, analizando si
la ética y morales cristianas que se nos han impuesto son las correctas para
llevar nuestras vidas, adoptar o crear una moral y ética que sea más acorde de
ser necesario, e incluso buscar en nosotros las respuestas que consideremos
mejores para la concepción de libertad que nos encaje mejor hoy en día.
[1]
Erich Fromm. Marx y su concepto del
hombre. FCE, México 2011, pág. 16.
[2]
Quizá no tanto como hoy en día, dónde al menos 27 millones de personas en todo
el mundo son presa de la esclavitud o de la llamada “nueva esclavitud”, lo cual
nos deja con la cruda realidad que son más los esclavos hoy día que la cantidad
total en la historia.