Descubriendo a Malintzin.
INTRODUCCIÓN.
El tema que a continuación se redactó, lo enfocamos principalmente en el poco conocido y tan afamado personaje de La Malinche, que en nuestro caso decidimos hacer el trabajo sobre esta impresionante mujer, que fue una parte importante en la que llamaremos rebelión de los pueblos contra Motecuhzoma, puesto que, desde nuestro punto de vista (que compartimos con uno de los autores que manejamos), eso fue lo que sucedió, los españoles llegaron en un buen momento para que ocurriese todo lo que aconteció.
Pensamos en este trabajo, o porque creemos que es muy interesante saber sobre lo que paso en otras épocas, desde que decidimos que íbamos a trabajar en este tema, comenzamos a buscar sobre Malintzin y nos encontramos con muchas cosas que en verdad no sabíamos de ella, es por eso que en este trabajo le pusimos mucho de nuestro empeño.
Las principales limitantes con las que nos encontramos en el momento de elaborar nuestro trabajo, fue principalmente, la falta de textos que hablasen sobre Doña Marina, que profundizaran sobre su vida, lo poco que se sabe. Encontramos algunos textos en los que se le menciona, pero solo eso, porque hasta el mismo Hernán Cortés solamente la menciona una vez por su nombre. También encontramos novelas hablándonos sobre ella, pero ese también fue un problema, es una novela y por lo tanto, aunque se base en datos históricos y fidedignos, el autor le da parte a su imaginación, además que, no nos maneja las fuentes de los datos históricos, por ende, no podemos basar una investigación histórica en datos de una novela.
1. La conquista: sus raíces.
Analizando la situación de España en el siglo XV se puede comprender en cierta forma la oportunidad de “reclamar” tierras nuevas como suyas. La situación influyó mucho en que los gobernantes de aquel país “patrocinaran” los viajes para obtener algún tipo de recompensa que esos lugares nuevos puedan ofrecer. Debe acudirse a la religión extrema occidental de Europa en el siglo XV como uno de los principales motivos de la toma del territorio recién descubierto en manos de Colón; se sabe que a finales de la última centuria de la Edad Media, el territorio gobernado por los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón cubría las tres cuartas partes de la Península Ibérica y lo habitaban medio millón de personas, repartidas en media docena de grupos sociales. Ochenta de cada cien de aquellos españoles pertenecían al campesinado; trece, a la menestralía; tres, a la medianía; uno, al clero; uno, a la nobleza mayor, y los dos restantes, a la menor.
La menestralía1 formada por jornaleros sin oficio ni beneficio y por artesanos agremiados que consideraban “preferible que ninguno entre ellos fuese rico a que alguno pudiese padecer pobreza”, compartían con el campesinado el título de “pueblo menudo” y la falta de letras.
La medianía, compuesta por mercaderes, corredores, barberos, burócratas de segunda, artistas y patronos industriales que trabajaban para encumbrar a sus hijos, se redujo notablemente por la expulsión de ciento cincuenta mil judíos en 1942.
La gran nobleza agrupaba a los vástagos opulentos de la medianía. Compartía con los reyes el deseo de extender al mundo entero la soberanía española; con las ordenes mediante, el entusiasmo para combatir al infiel y meterlo en redil de la cristiandad; y con la nobleza, el amor a la fama, el señorío, la guerra y el oro.
Los errores de Colón condujeron a un mundo insospechado e ideal para el ejercicio de las ambiciones hidalgas. A partir de 1942, las carabelas colombinas, al servicio de Fernando e Isabel y tripuladas por españoles, toparon, sin quererlo, con islas y tierras firmes cubiertas. En 1943, el papa español Alejandro VI, arbitro supremo de la cristiandad, cedió a España los territorios vistos por Cristóbal Colón y sus compañeros.
Al periodo del gasto del metal amarillo y la mano de la obra oscura, sucedió el del remordimiento y el éxodo del hombre blanco. Aquel fue promovido, a fines de 1511, por un fraile que preguntó a los colonos: “¿Con que derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquellos indios?” Respuesta a la pregunta fueron las indignas Leyes de Burgos de 1512, la tesis que sostuvo el derecho de la monarquía española a conquistar los pueblos no cristianos, y el requerimiento o ultimátum escrito por el doctor Palacios Rubios que permitiría a muchos caballeros peninsulares emprender aventuras de conquista sin sufrir la desagradable sensación de los escrúpulos. Este éxodo de los colonos antillano hacia otras regiones susceptibles de ser dominadas, coincidió con la primera época del reinado de Carlos V.
Los más famosos recibieron la debida autorización de Diego Velázquez, gobernador de Cuba; los capitanes Francisco Hernández de Córdoba, Juan de Grijalva y Hernán Cortes; un millar de colonos de alisto en ellos, y la ruta del sol les señalo el rumbo. El viaje dirigido por Hernán Cortés de Córdoba tropezó, en 1517, con Cabo Catoche, Campeche y Pontochanque, según demostraron a su regreso los tripulantes, eran tierras ricas y de gente de fueste.
El viaje dirigido por Grijalva, en 1518, recorrió la costa de Yucatán Panuco, y acabo de excitar, con sus informes y el botín obtenido, la codicia de los españoles de Cuba. En 1519, el viaje acaudillado por Hernán Cortés, remoto la ruta del Grijalva, y contra los dispuestos por el gobernador Velázquez, puso en obra.
En este texto no manejaremos los eventos ocurridos después de la llegada de Cortés como “la conquista” sino como una rebelión por parte de los pueblos mexicas que tenían, por alguna u otra razón, que pagar tributo a Motecuhzoma. Para estos pueblos, la llegada de Cortés y sus hombres era una oportunidad de libertad, era la libertad en sí.
2. Personajes Importantes.
Los dos personajes importantes en este trabajo que estaremos abordando serian principalmente el conquistador Hernán Cortés y Malintzin (Malinche o doña Marina); mencionando en ocasiones a los muchos otros conquistadores que participaron en este periodo de tiempo, como lo fueron D. Antonio de Herrera, Pedro de Alvarado, Diego de Ordaz, Juan Velázquez que acompañaban a Cortés (excepto D. Antonio de Herrera).
2.1. Hernán Cortés.
Nació en 1485, hijo de un hidalgo, a la edad de 12 años fue enviado a cursar el bachillerato y el doctorado en leyes de la universidad de salamanca. En 1504, teniendo 19 años, se embarca hacia Santo domingo. En 1517, Hernán Cortés tomó la empresa de ser el capitán de la nueva expedición hacia las tierras de Hernández de Córdoba.
Cortés conoció a Malintzin en Tabasco, después de haber conocido a Jerónimo de Aguilar, que hablaba perfectamente la lengua maya; y con estas ventajas, Cortés pudo (agregando su inteligencia) dominar Tabasco, para después someter Anáhuac a sus pies.
Después de conocer a Malintzin, su expedición ancló en san Juan de Ulúa. Cortés la menciona (a Malintzin) en una sola ocasión como tal, como su intérprete.
2.2. Malintzin.
Malin es un nombre tradicional mexicano, que al ser unido con el tratamiento reverencial tzin dan como resultado Malintzin, uno de los nombres que le fueron otorgados a La Malinche, Doña Marina, Malinalli o Malina. Entre estos nombres hemos escogido el de Malintzin por el trato que en lo personal esta gran mujer se merece.
Hay muchas teorías respecto a su vida antes de ser entregada a Cortés como parte de un grupo de esclavas2. Se dice que nació el 16 de marzo de 1519. Pero varias de las teorías abordan que fue hija de señores importantes, quizá de Painala o de Oluta3; que era una mujer preparada y por eso se maneja como comprensible el manejo de idiomas que fue lo que principalmente le dio fama a esta mujer mexicatl. También parece obvio mencionar, que, Malintzin además de ser la traductora “oficial” de Cortés, también los instruyó en sus usos y costumbres, puesto que, era completamente necesario hacerlo si Cortés requería
algún tipo de alianza en contra de Motecuhzoma (sobre todo después del evento de la Noche Triste).
3. Posible motivo del abandono de Malintzin.
En la literatura se manejan muchos motivos del porque Malintzin fue abandonada; pero de entre las tantas versiones existentes se manejan muchas similitudes, solamente difieren en ciertos detalles. El hecho de que fue hija de señores es en lo que todos concuerdan de manera contundente, que nació de señores, como lo habíamos mencionado anteriormente fuese posible de Painala u Oluta.
Primero se maneja que “Malinalli figura entre las niñas que forman parte del tributo pagado por la colonia mexicatl para ajustar las paces con el Halach Uinic4 Tabzcoob”5, se entiende que antes de haber sido entregada a Cortés, Malintzin había sido ya parte de un tributo anterior de una colonia a otro pueblo. Puesto que en los tributos se entregaba siempre las cosas con cierto valor (las mejores esclavas en este caso), lo mejor que tenia el pueblo, así fuera comida, armamento, etc. Para después ser entregada (como ya todos sabemos) a Hernán Cortés, como parte de otro tributo por parte de Tabzcoob (en esa teoría) al ser vencidos por las tropas de Cortés.
4. Relación entre Malintzin y Cortés.
Este es un pequeño apartado donde solamente nos enfocamos a mencionar como fueron las dos relaciones de Cortés con Malintzin, la protagonista de nuestro trabajo. La primera sería la labor que Malintzin efectuó como su traductora, en realidad como su esclava, puesto que solamente obedecía órdenes de él, y la segunda como su querida, su amante, la madre de su hijo.
4.1. Malintzin, la traductora.
Cortés, para poder penetrar en el territorio recién descubierto debía tener un traductor, para poder comunicarse con los nativos de esa región. Uno de los recursos para obtener interpretes era secuestrándolos, apoderándose de ellos. Pero esto les podía causar más problemas que soluciones; puesto que, al ser raptados, podían ser traicionados por ellos, porque proceden de mala fe, los conquistadores desconfiaban de ellos (los traductores) por esta misma razón. Buscando también a los españoles que habían sido apresados por los mayas, encuentran a Jerónimo de Aguilar, que habiendo sido cautivo por los mayas, aprendió su lengua y le fue útil a Hernán Cortés.
La primera traductora confiable para Cortés fue Malintzin o Malinche, varios autores coinciden en señalar que Malintzin formaba parte de un tributo o presente entregado a Hernán Cortés después de ganar la batalla de Centla.
Las mujeres entregadas como tributo cumplían un servicio doble, las que alimentaban al ejército y como concubinas. Por esto mismo, Malintzin, al “poseer lengua”, termina siendo algo más que solamente la concubina y la que alimenta a Cortés, pasa a ser una ayudante de él mismo. De esta manera, la relación entre Malintzin y Cortés se vuelve indisoluble, puesto que el la necesita para poder avanzar dentro del nuevo territorio que se estaba descubriendo.
Malintzin también era “bulliciosa”, como el mismo Glantz nos lo muestra, “[Malinche] ha demostrado que sabe las dos lenguas, es decir, se ha entrometido entre los españoles y los indios y ha enseñado su calidad: es por lo tanto bulliciosa”6; así, su oficio, el de traducir, se ve bonificado por esta cualidad que ella posee, lo que le resulta de gran utilidad a Cortés, puesto que alguien que habla mucho y además es traductora tendrá una mayor facilidad para comunicarse y traducir datos extras que podrían ser de relevancia en algún momento dado.
Al contrario que Malintzin, las doncellas mexicanas, teniendo ciertas costumbres en la mesa, además de cierta frialdad al hablar, eran más reservadas al estar en presencia de los españoles, es por eso que se les consideraba mudas, por esta razón la figura de Malintzin era enaltecida por españoles y nativos, ya que resaltaba su presencia junto a la de las otras.
Como era de esperarse, los diálogos en los que participa Malintzin en los escritos de los españoles se le considera “que no tiene voz”7; puesto que su función es solamente la de traducir. “La interpretación es una acción consistente y continua”8.
Es representada en los códices entre las personas principales, pero considerada solamente su voz, ya no su cuerpo, “actúan como ventrílocuos, como si su voz no fuese su propia voz”9. Para poder fungir sus dotes como traductora, Malintzin tuvo que haber sido bautizada, esto pudo haber ocurrido inmediatamente después de que fue entregada a Cortés; al ser bautizada ella deja de ser Malinalli para convertirse en Marina, convertirse en otra persona, esto significa también el cambiar de traje; al igual que ella, el conquistador es rebautizado y adquiere el nombre de su esclava, de esta manera es como se le empieza a nombrar “el capitán Malinche”. Ella pasa de ser Malinalli a ser Malintzin, de ser la simple esclava a obtener un titulo de señora.
Aún así, con este titulo de señora y acompañante incondicional de Cortés y las alabanzas que le daban los españoles, su voz, eso que la hacía distinta de todas las demás, no es considerado ya después porque solo es un habla aparentemente solo repite lo que otros le dicen que repita, sus palabras son las palabras de otros. Su palabra no le pertenece.
4.2. Malintzin, la de Cortés.
Cortés, antes de llegar a América, ya había tenido problemas con mujeres en su ciudad natal, pero llegando a Cuba se cuenta que tenía una mujer en esas tierras, a tal grado la estimaba, cuando alguien que le había faltado al respeto a la chica, este hizo con influencias que le quitaran el cargo.
Ya en tierra americana, después de avanzado un tiempo se emparentó con un cacique cempoalteca. Estos buscando la perfección de la raza casando a las hijas o parientas de los generales con los blancos recién llegados, esto después de aceptar las condiciones que impuso Cortés: derrumbar los ídolos y bautizar a las jovencitas, cosa que los nativos accedieron de mala gana.
Con todo esto, se puede manejar que Cortés lo único que tuvo en tierra americana fueron queridas, puesto que se maneja muy comúnmente que hubo una relación sentimental entre Malintzin y Cortés, pero, con tanta esclava obtenida y el conquistador haciendo lo que se le antojaba con cada una de ellas, no puede ser posible que se crea a ciencia cierta que Cortés de verdad sostenía una relación sentimental con ella, si después de un tiempo, literalmente, la regaló a Xaramillo.
Era su esclava, cabe recordar que Cortés podía hacer con ella lo que le viniera en gana, el hecho de que tuvieron un hijo juntos nadie puede discutirlo, pero también se debe mencionar que un hijo no necesariamente es producto del amor como se llega a manejar en nuestros tiempos.
Antes los hijos eran la generación venidera, los que harán que prevalezca la raza, la herencia de la familia, los que unían países, eran utilizados para callar los rumores de homosexualidad de alguna de las partes de una relación, esa creencia de las uniones y la concepción de los hijos por amor es un invento de la segunda mitad del siglo XX y aún vigente en nuestros días.
Rutiaga concibe el nacimiento de Martin (el hijo de Malintzin y Cortés) a mediados de 1523 como una estrategia militar y social para con los nativos después de los hechos ocurridos en la Noche Triste, para recuperar la confianza de ellos y poder reorganizar tropas para enfrentar de nuevo a Motecuhzoma. De todas maneras, después de nacido Martín Cortés, este mismo autor nos narra, “a poco de nacido, el hijo de Malintzin y Cortés, fue desligado de su madre y entregado a un primo de don Hernando”10, siendo así que Malintzin nunca volvería a ver el producto de su vientre.
5. Consecuencias de su relación con Cortés.
En esta parte del trabajo se hablará de las consecuencias de la relación de Malintzin con Hernán Cortés. Principalmente se habla de ella como una traidora, puesto que lo único difundido entre el vulgo es eso, ella le sirvió como traductora a Cortés y sus hombres; pero como ya hemos visto en el trabajo (y nosotros en los libros), parece ser que a los libros de historia escolares se les olvida mencionar las costumbres que se daban en aquella época en la que Malintzin vivió; por azares del destino fue regalada como esclava, y como tal, tenía que servir a su amo en lo que él pidiera, ya fuese aliado o enemigo, negro o blanco, mexicatl o maya, en realidad no importaba quien fuese el amo, ella tenía que obedecer.
Malintzin fue la madre de toda una nueva raza, los mestizos, raza que distinguiría a una parte importante de la población mexicana. Fue utilizada como parte de las ambiciones de Cortés, como traductora o como la madre de Martín.
Como lo mencionamos anteriormente, Malintzin tuvo que enseñarles, tanto a Cortés como a sus hombres, las costumbres de los lugares a los que llegaban, ya que, es muy importante el conocerlos si deseaban llegar a una especie de alianza para hacer guerra en contra de Motecuhzoma. Hubo un “intercambio cultural” por así decirlo, pero como en cualquier otro choque de culturas, la historia nos ha enseñado a lo largo de la vida, que cuando dos culturas se encuentran entre sí, una tiende a destruir, consumir, desaparecer a la otra, y siempre es “la más fuerte” la que se impone como regidora. Lamentablemente si se perdieron muchos escritos mexicatl y de otros pueblos (aunque algunos textos fueron rescatados por intelectuales españoles) en esta “rebelión” de los pueblos en contra de sus opresores. Malintzin nos ha dejado un verdadero ejemplo de cómo se comporta una persona en ciertas circunstancias oprimida por las costumbres de su época, como influyen en ella, y aunque hubiese sido alguien más, en las mismas condiciones y con las mismas características probablemente hubiera hecho lo mismo.
CONCLUSIONES.
Malintzin fue usada como traductora por Hernán Cortes para poder penetrar en el territorio mexicano.
Malintzin fue una víctima de las costumbres de su tiempo, era esclava y no una traidora.
Influyó mucho en relación a que Cortés pudo haber tardado en hacer lo mismo muchos años más si no hubiese sido por la ayuda que Malintzin le proporcionó.
Fue una mujer excepcional, que, aunque solo seguía ordenes como esclava, tomó un papel muy importante en la historia de nuestro país.
BIBLIOGRAFÍA.
Baudet, G. & Todorov, I. Relatos aztecas de la conquista. México: Grijalvo: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1990.
Glantz, M. La Malinche, sus padres y sus hijos. México, D. F.: Taurus, 2001. Pág. 313.
Gonzales, L. El entuerto de la conquista. México. Consejo Nacional de Fomento Educativo, 1984.
López Portilla, M. La conquista. México: CONAFE, 1987.
Rutiaga, L. Los grandes mexicanos: Malintzin. México, D. F.: Grupo Editorial Tomo S. A. de C. V., 2004. Pág. 171.
1 Menestral: lat. minisreiālis. m. y f. Persona que tiene un oficio mecánico.
2 Vid. “Posible motivo del abandono de Malintzin”.
3 Varios autores manejan esta misma versión, no hace falta decir que al ser aceptada de esta manera se considera como correcta esta información, aunque no podría ser considerada una regla general.
4 Halach-Uinic. Justicia, gobernador, prelado, príncipe.
5 Luis Rutiaga. Los grandes mexicanos: Malintzin. pp. 16
6 Margo Glantz, La Malinche, sus padres y sus hijos. pp. 99.
8 Margo Glantz. op. cit. pp. 105.
9 loc cit.
10 Luis Rutiaga. op. cit. pp.151